miércoles, enero 05, 2005

Solitario

Casting es una serie de clichés, de estereotipos. Somos los creadores de eso. Prácticamente, aquí nos inventamos y nos alimentamos de nosotros mismos. Productores de egos, de modelos, de gente bonita, de gente chistosa, de gente memorable... somos esa niña pelirroja que le echa catsup a sus papas, somos el campesino que hizo famosa la frase de "¡Trabajando, Manuel!" y somos el albañil que tira un piropo elegante, cuando aquella rubia pasa cerca de la construcción.

Lo que no saben, tal vez, es lo que hay detrás de eso... algunos si, algunos que me han leído y ya les he contado como son las cosas en el fantabuloso mundo de los comerciales de televisión. Hoy es uno de esos días difíciles, donde se juntan muchos proyectos. Algunos proyectos arden y otros, apenas son volcanes humeando. Los cigarros y la coca cola no es suficiente, con la diferencia que no tengo varo para comprarme una coca.

Estoy solo, en la sala de edición, bajando material. Cuando me desespero, me levanto y camino de un lado a otro de la oficina. En la oficina hay un ruido infernal entre los teléfonos, la gente que hace escándalo en la sala de espera y los nombres que son gritados como si fuesen ganadores de la lotería. ¿Por qué paseo en ese infiernito? Básicamente, porque las nalgas ya se me cansaron y como quiera, el silencio de la sala de edición es desesperante. En esas vueltas de lado a otro... medité un poco mi incomodidad y sus razones, descubrí que hace dos o tres años, no me afectaba tanto el permanecer sentado y mirar los mismos rostros, ya seriados, fichados. Si ya me sé casi todas esas vidas ajenas, los apellidos. Ultimamente practico el anotar mentalmente su edad para ver si mi cerebro la suma automáticamente cada que pasen los años.

Descubrí que parte de esa incomodidad se debe a que hubo un cambio aquí, en esta sala de edición. Falta Mario, quien ya lleva un año trabajando con nosotros, se fue de vacaciones un ratote y apenas, hoy regresa. De alguna manera, transformó mi entorno y mi rutina. No voy a empezar a decir mamadas de que los pequeños detallitos, que la presencia de la persona se vuelve indispensable aunque sea discreta y bla bla bla, eso déjenselo a alguien más apto para ello. Para mi, fue un gran cambio no verlo en un buen rato.

...

Y bueno, mejor me voy a seguir trabajando, seguiré esperando a Mario para tener alguien con quien platicar de temas que no se me hacen redundantes o aburridos, cuando llevan la marca del ego demasiado plasmada en el comunicador. Si... a seguir trabajando, nos vemos al ratón.

1 comentario:

Mytho dijo...

*snif*

Pero ya regresé! xD

*snif* (Factible onomatopeya de potencial deshidratación por derrame espontaneo de líquido retinal)

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Hey, hey, ¿me regalas un cigarrito?