miércoles, enero 12, 2005

Pues ya...

El Árbol de los Mil Nombres se alojará, definitivamente, Aquí. Ya actualicen todos sus links y demás... en los siguientes días, estaré posteando, así como arreglando la info que ahí se encuentra... pero como es más sencillo hacer esas actualizaciones de manera dinámica, entonces ustedes entren con toda confianza... probablemente ni sientan nada de lo que pasa ahí adentro :P ;)

Ya están en su casa.

lunes, enero 10, 2005

Technological Babbler

Ummmm...

Durante unos días, he estado trabajando la migración del Árbol de los Mil Nombres a un nuevo hosting. Pueden ver lo que llevo hecho aquí. Sin embargo, Movable Type se ha vuelto bastante inestable. Por un momento, pensé que una instalación fresquecita arreglaría el problema. No fue así.

Así que estoy pensando cambiarme a WordPress.

Por lo que estoy viendo, esto también podría afectar a Big Blogger... viendo la inestabilidad de MT, no quisiera arriesgarme en tener un proyecto tan grande y demandante en una herramienta cuya eficacia es dudosa. So, estaré probando WordPress en los siguientes días... aunque medio leyendo lo de WordPress, no funcionaría muy bien con algo como Big Blogger (es poco versatil, sin embargo, más estable y más rápido).

Así que... je, tal vez tenga Big Blogger en MT y WordPress para mi blog.

En estos días, estaré migrando y jugando con las herramientas, probablemente, no tengamos el viejo Árbol de los Mil Nombres hasta Febrero. Nos seguiremos leyendo en blogger.

viernes, enero 07, 2005

Ciudades desiertas

Acababa de recordar, con toda exactitud, el sueño que esa mañana había tenido al despertar en su cama de la ciudad de México. Había soñado que llegaba a su departamento y Susana le decía espérame tantito, tengo que ir a arreglar un asunto muy importante. Eligio la seguía hasta una casa en una colonia de clase media. Allí él se asomaba por la ventana y veía que su mujer se desnudaba y miraba lasciva-desvergonzadamente a un hombre inmenso, muy blanco, velludo, quien también se quitaba la ropa, ¡en la mismísima sala, qué tipos, no es posible! Eligio vio también que en la ventana opuesta se hallaban dos borrachines fascinerosos, codeándose. Uno de ellos, incluso, saludó a Eligio agitando la mano y con un guiño cómplice. Las pantaletas de Susana volaron cerca de la ventana de la calle y uno de los borrachines incluso trató de atraparlas. Eligio consideró que era una verdadera ignominia que el gigantón se dejara puestos los calcetines, y que tuviera un pene desmesurado y ancho como un tronco de arbusto. Y era un tormento ver a su mujer acariciándose los senos, oprimiendo los pezones, con los ojos vidriosos, en verdad estaba caliente, con una sonrisa lujuriosa que jamás le había mostrado a él cuando copulaban, y eso era lo que estaban haciendo el par de cabrones: Susana, sin dejar de acariciarse las chichis, se había acomodado lentamente en el velero vergantín del gigante blanco y en la ventana opuesta a los fascinerosos se les había unido una pareja de viejitos y ellos, muy serios, tampoco perdían detalle de lo que ocurría dentro y procuraban ignorar las risotadas, los jadeos burlones y los codazos que
los cochambrosos se dedicaban mientras Susana subía y bajaba al compás de esta canción.


--José Agustín. Ciudades desiertas.

Ah si... los putos propósitos.

No hice propósitos de año nuevo...
mi vida, de por si, ya es un propósito de año nuevo.

8:50 AM.

Me desperté a las 8:30 AM.
De veras, algo raro está pasando.

Ujum...


La Carencia
de Panteón Rococó

Por la mañana yo me levanto
No me dan ganas de ir a trabajar
Subo a la combi y voy observando
Que toda la gente comienza a pasar

Por la avenida va circulando
El alma obrera de mi ciudad
Gente que siempre esta trabajando
Y su descanso lo ocupa pa´soñar

Después de ocho horas de andar laborando
Desesperanza se siente en el hogar
Pues con la friega que hay a diario
Ya no alcanza pa´ progresar
Y así han pasado decenas de años
Pues en un mundo globalizado
La gente pobre no tiene lugar

Y la carencia arriba
Y los salarios abajo
Con lo que gano en esta empresa no me alcanza pa´tragar
Y la carencia arriba
Y los salarios abajo
Y yo le digo a mi teresa no me voy a resignar
Y la carencia arriba
Y los salarios abajo
Con lo que gano en esta empresa no me alcanza pa´tragar
Y la carencia arriba
Y los salarios abajo
Y yo le digo a mi teresa vente vamos a bailar por que...

Ahí viene, Antidoping
Ahí viene, El salario
Ahí viene, Santa sabina
Ahí viene, La maldita
Ahí viene, Los de abajo
Ahí viene, El salón
Ahí viene, Quien viene

Ahí viene el chile que te mantiene y en la cama te entretiene
Y en la boca lo retienes mejor trae a tu pareja y sóplale una oreja
Pa´que mueva la cintura y le dé la calentura y después de la sobada
Ella ya no quiera nada y te diga
Que no, que no, que no , que no, que no, que no, que no!


¡Nach unten! (para abajo)
¡Nach oben! (para arriba)
¡Springen! (¡saltando!)


tarararán.

temptation


temptation
Originally uploaded by Arbol Tsef.
No pude resistir publicar esta foto (aunque luego me agarrarán a sapes en la chamba =P).

Hope you like it.

jueves, enero 06, 2005

De esas cosas que son inescribibles

Porque las hay, ¿verdad? Hay cosas que nosotros nos guardamos. Hay días donde explotamos y sin saber como, nos convertimos en un demonio rojo que escribe un largo post mandando a chingar a su madre a una lista de personas o ventilamos un secreto, sin guardar la "debida discresión". Oh si, esa lista de personas, es una lista de nombres que precisamente nos lee en el blog.

Puede que sea un blogger al que conocemos en persona, puede que sea un blogger némesis (aquél que fijamos en nuestra mentecilla perversa como el que odiamos (pero le adoramos por dentro, quisiéramos ser como él)), puede que sea un amigo de toda la vida, pueden ser nuestros compañeros de trabajo, puede ser nuestra pareja, puede ser nuestra familia (ajá, esos que tienen un dedo en el red button de los cohetes nucleares, apuntando ya por default a nuestra casa, depa, cuarto de servicio o casita del perro (creo que son los que más miedo dan... los familiares y en segundo término, la pareja)).

Al día siguiente, pueque sentimos un poco de arrepentimiento y borramos el post, o bien, ya es demasiado tarde para eso y llegamos a cerrar el blog. O bien... si nos vale madres (como a un servidor), ahí lo dejamos colgado y no medimos las consecuencias de nuestras sagradas, aladas y doradas palabras, escritas por nuestros dedos proféticos.

Cuando mi familia se enteró que tenía un blog, tuve uno que otro problemita, sin embargo... me valió madres y a ellos, eventualmente, también. Cuando me desquité de un par de compañeritos de trabajo, me valió madres. Incluso, a veces descargo las cosas que pasan en la oficina con mi jefe y como él es un hombre sensato y maduro, ha entendido que lo mío son arranques y que es mi manera de no agarrarlo a sapes con algún perico (no hablo del suavecito). ¿Y los amigos? Bueno, la mayoría se arregla con una cerveza o un favor, a veces... ni eso es necesario, al día siguiente, ha sanado.

Sin embargo... hay un lugarcito dónde he descubierto que no vale madres.

Hay una parte que es inescribible. Una autocensura.

miércoles, enero 05, 2005

The Red Book

En 1978 Paul Auster no era todavía el novelista Paul Auster. En 1978 Paul Auster era poeta y traductor: era pobre, pero que¬ría ser rico. Así que inventó un juego de béisbol con barajas de naipes y durante seis meses fue de oficina en oficina inten¬tando venderlo: nadie compró el misterio de meter en una mesa un estadio, dos equipos, árbitros, una multitud. Escribió una novela de misterio en tres meses: ganó dos mil dólares (ya había escrito con tinta verde un relato de misterio cuando tenía once años). Quiso ser, sin éxito, pe¬riodista deportivo. No se despedía nunca de los misterios de una infancia de niño enfermizo que juega bien al béisbol y co¬noce mejor las consultas de los pediatras: los juegos de mesa, los cuentos de miste¬rio, los cuadernos garabateados, la vida de las estrellas del deporte. Era pobre. Sonó el teléfono porque su padre había muerto. Una herencia cambió la vida de Paul Auster. Paul Auster ha contado que el dinero le ofreció tiempo, protección: el dinero que le dejó su padre le permitió vivir dos o tres años sin preocupaciones. Le permitió escribir. La muerte de mi padre me salvó la vida, no puedo escribir sin pensarlo, ha dicho Paul Auster.


--Prólogo de Justo Navarro, para "El libro rojo" de Paul Auster.

Solitario

Casting es una serie de clichés, de estereotipos. Somos los creadores de eso. Prácticamente, aquí nos inventamos y nos alimentamos de nosotros mismos. Productores de egos, de modelos, de gente bonita, de gente chistosa, de gente memorable... somos esa niña pelirroja que le echa catsup a sus papas, somos el campesino que hizo famosa la frase de "¡Trabajando, Manuel!" y somos el albañil que tira un piropo elegante, cuando aquella rubia pasa cerca de la construcción.

Lo que no saben, tal vez, es lo que hay detrás de eso... algunos si, algunos que me han leído y ya les he contado como son las cosas en el fantabuloso mundo de los comerciales de televisión. Hoy es uno de esos días difíciles, donde se juntan muchos proyectos. Algunos proyectos arden y otros, apenas son volcanes humeando. Los cigarros y la coca cola no es suficiente, con la diferencia que no tengo varo para comprarme una coca.

Estoy solo, en la sala de edición, bajando material. Cuando me desespero, me levanto y camino de un lado a otro de la oficina. En la oficina hay un ruido infernal entre los teléfonos, la gente que hace escándalo en la sala de espera y los nombres que son gritados como si fuesen ganadores de la lotería. ¿Por qué paseo en ese infiernito? Básicamente, porque las nalgas ya se me cansaron y como quiera, el silencio de la sala de edición es desesperante. En esas vueltas de lado a otro... medité un poco mi incomodidad y sus razones, descubrí que hace dos o tres años, no me afectaba tanto el permanecer sentado y mirar los mismos rostros, ya seriados, fichados. Si ya me sé casi todas esas vidas ajenas, los apellidos. Ultimamente practico el anotar mentalmente su edad para ver si mi cerebro la suma automáticamente cada que pasen los años.

Descubrí que parte de esa incomodidad se debe a que hubo un cambio aquí, en esta sala de edición. Falta Mario, quien ya lleva un año trabajando con nosotros, se fue de vacaciones un ratote y apenas, hoy regresa. De alguna manera, transformó mi entorno y mi rutina. No voy a empezar a decir mamadas de que los pequeños detallitos, que la presencia de la persona se vuelve indispensable aunque sea discreta y bla bla bla, eso déjenselo a alguien más apto para ello. Para mi, fue un gran cambio no verlo en un buen rato.

...

Y bueno, mejor me voy a seguir trabajando, seguiré esperando a Mario para tener alguien con quien platicar de temas que no se me hacen redundantes o aburridos, cuando llevan la marca del ego demasiado plasmada en el comunicador. Si... a seguir trabajando, nos vemos al ratón.

4 AM

Lo malo de dormirme,
como niño bueno...
a las 10 de la noche...

es que me despierto a las 4 de la mañana.

Si, es una mierda, lo sé.

En fin... dense una vuelta por Los Cuervos. Acabo de publicar un montón que tenía por ahí guardados.

Respecto al hosting, me complace avisarles que ya lo tengo... pronto regresará La Choza Chueca, Yushe, Cypher y el blog del Papazeiro (jorgemc). Nada más estoy esperando que mexsa abra tantito sus puertas para hacerle como violador de Papantla que está justificando sus acciones:

Me meto al changarro, le saco absolutamente todo, violo a sus mujeres, lo pongo en el nuevo y a bloggear como si nada.

He dicho.
O Alea Jacta Est.
o sniff.
((TUN TUN TUN))

¿Qué hora es?

(¡Qué ratero eres, arboltsef, a ver si te vas calmando!)

martes, enero 04, 2005

Cereal por las mañanas

Quienes conozcan mis hábitos rotos del sueño, sabrán que me despierto a la 1 del día, a veces a las 2. En vacaciones, mis hábitos del sueño... sencillamente no son hábitos. Se convierten en un lodazal, un juego de niños a base de hacer agujeros en la tierra donde aparecen todo tipo de lombrices. Son de esos agujeros de la tierra que se llenan con agua de la llave. Mis habitos de sueño. ¿Por qué son así? Creanme, en eso se ocupa un 15% del tiempo que debería estar dormido: pensando, mientras miro la pared, o el texto que estoy leyendo en el momento. Mucho se lo atribuyo a que de niño, pocas veces me mandaban a dormir. O nomás me hacía el dormido un rato y salía a ver televisión, mucha televisión. Canal Once, donde hablaban de los inventos maravillosos del futuro, donde miraba a jóvenes estudiantes competir en programas televisivos, donde se me iban las noches en silencio (porque la tele no hacía ruido, tan sólo veía una imagen tras otra), pensando quien sabe que cosas pensarán los niños de esa edad.

Hoy me levanté temprano, y como ayer, que no dormí, desayuné cereal. Un platanito, un poco de azucar, y hojuelas de maiz bañadas en leche. En mi casa, la de antaño, con siete familiares desperdigados cada uno en tratar de hacer su propia vida y conseguir su propia independencia, rara vez tuvimos cereal. Me acuerdo que me gustaba mucho, pero mi abuela decía que era una porquería, que tan sólo servía para engordar y que no tenía ningún valor nutricional. Así que nos preparaba un licuado de plátano con chocolate, de esos que le parten la madre al estómago... pero eso si, uno no se queja porque no ha desayunado (y a veces, hasta de que no ha comido).

Durante diciembre estuve yendo a casa de mis tíos, los acompañé un rato. También mi madre y mi hermano se encontraban ahí. Platicamos, vimos tele, vimos mucha tele... me asombré de cuánto la extrañaba. Comprendí que en la televisión, se me olvidaban muchas cosas, se me olvidaba pensar... tan sólo necesitaba mirarla. La televisión era un delicioso placebo para olvidar mi neurosis, para olvidar mis problemas y mis incertidumbres. Tal vez, de niño, no pensaba mucho al mirar las imágenes o todo el pensamiento se quedaba trabajando como algún programa de fondo, como un spyware (¿Cómo castellanizarán spyware los puristas?). Tal vez, de niño, no era un neurótico, no me preocupaba por consumirme en las entrañas de la ciudad... tal vez, de niño, era más importante desayunar, de vez en vez, cereal por las mañanas.

lunes, enero 03, 2005

Insomnio

Necesito un puto café.

Provorbis

Sinaema atarece nunaeresama sinú, sinúla mino. ¿Miendo ¡jaiyoboya.

Amuleto.

Aquel día no supe pensar en otra cosa. Me fui más temprano de lo usual y me dediqué a pasear por el Bosque de Chapultepec. Un lugar bonito y sedante. Pero por más que caminaba y admiraba lo que veía no podía dejar de pensar en el florero y en el estudio de Pedrito Garfias y en sus libros y en su mirada tan triste que a veces se posaba sobre las cosas más inofensivas y otras veces sobre las cosas más peligrosas. Y así, mientras ante mis ojos veía los muros del Palacio de Maximiliano y Carlota, o veía los árboles del bosque multiplicados en la superficie del lago de Chapultepec, en mi imaginación sólo veía a un poeta español que miraba un florero con una tristeza que parecía abarcarlo todo. Y eso me daba rabia. O mejor dicho: al principio me daba rabia. Me preguntaba a mí misma por qué razón él no hacía nada al respecto: Por qué el poeta se quedaba mirando el florero en vez de dar dos pasos (dos o tres pasos que resultarían tan elegantes con sus pantalones de lino crudo) y agarrar el florero con ambas manos y estrellarlo contra el suelo. Pero luego se me iba la rabia y me ponía a reflexionar mientras la brisa del Bosque de Chapultepec (del pintoresco Chapultepec, como escribió Manuel Gutiérrez Nájera) me acariciaba la punta de la nariz hasta que caía en la cuenta de que probablemente Pedrito Garfias ya había roto muchos floreros, muchos objetos misteriosos a lo largo de su vida, ¡innumerables floreros!, ¡y en dos continentes!, así que quién era yo para reprocharle, aunque sólo fuera mentalmente, la pasividad que mostraba ante el que tenía en su estudio.


Amuleto, de Roberto Bolaño.

Ahorita lo acabo de empezar... y no lo he dejado.

domingo, enero 02, 2005

Tema de Máscaras


Tema de Máscaras
Originally uploaded by Arbol Tsef.
Estoy probando flickr...
parece que no esta mal... el servicio se ve bastante lindo y es muy sencillo de usar.

Worale. :)

Flickr

This is a test post from flickr, a fancy photo sharing thing.

sábado, enero 01, 2005

Día soleado

Hoy, primero de Enero, hizo un día soleado. Salí y había (muy) poca gente en las calles, cargando su coca cola y/o sus tortillas. El primero de Enero es el día perfecto para empezar de nuevo, un día soleado, que se siente como un domingo o como un día de vacaciones cuando estudias primaria. Muy en la mañana, el día estaba gris, entre nublado/contaminado y hacía frío, ese friíto que obliga a abrazarse a las sábanas como si mañana no hubieran a estar.

Es como para escuchar música y repasar álbumes de fotos, para buscar a los amigos perdidos y revisar las anotaciones que se hicieron en su tiempo. Para recordar viejas pláticas, soñar con viejos amores, beber una copa de vino y mirar la chimenea. Es para dar un paseo, disfrutar el camino de ida al centro de la ciudad y creer que estará vacío. Es para comer palomitas, sin ninguna película. Es para mirar a un niño durmiendo, y no preguntarse un clásico: "¿Cómo fui tan cruel para traerlo a este mundo tan mierda?".

Hoy empieza un nuevo año, la mayoría arranca con una nueva mentalidad, hasta que llegue Mayo o Junio y flaqueen sus esperanzas de que este año, salvarán al mundo, o mínimo, serán felices a su estilo. Hoy, primero de Enero, nada de eso importa... nomás estamos, empezamos de nuevo, y ya. A chingar a su madre.

2005

Se ha parado el tiempo.

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