miércoles, enero 05, 2005

The Red Book

En 1978 Paul Auster no era todavía el novelista Paul Auster. En 1978 Paul Auster era poeta y traductor: era pobre, pero que¬ría ser rico. Así que inventó un juego de béisbol con barajas de naipes y durante seis meses fue de oficina en oficina inten¬tando venderlo: nadie compró el misterio de meter en una mesa un estadio, dos equipos, árbitros, una multitud. Escribió una novela de misterio en tres meses: ganó dos mil dólares (ya había escrito con tinta verde un relato de misterio cuando tenía once años). Quiso ser, sin éxito, pe¬riodista deportivo. No se despedía nunca de los misterios de una infancia de niño enfermizo que juega bien al béisbol y co¬noce mejor las consultas de los pediatras: los juegos de mesa, los cuentos de miste¬rio, los cuadernos garabateados, la vida de las estrellas del deporte. Era pobre. Sonó el teléfono porque su padre había muerto. Una herencia cambió la vida de Paul Auster. Paul Auster ha contado que el dinero le ofreció tiempo, protección: el dinero que le dejó su padre le permitió vivir dos o tres años sin preocupaciones. Le permitió escribir. La muerte de mi padre me salvó la vida, no puedo escribir sin pensarlo, ha dicho Paul Auster.


--Prólogo de Justo Navarro, para "El libro rojo" de Paul Auster.

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